La gastronomía o cocina española son los platos, ingredientes, técnicas y toda la tradición culinaria que se practica en España.
[3] Los pueblos del mediterráneo oriental se dedicaron a extraer metales preciosos, dejando una infraestructura escasa para la exportación de algunos alimentos.
Existía una gran afición a las setas, que aún se conserva en regiones del norte de la península.
Los pueblos visigodos no representaron un cambio aparente en las artes y costumbres culinarias que dejaron los romanos en la Península.
Este último causó furor en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, siendo en España donde se mezcló por primera vez con azúcar para eliminar su natural sabor amargo.
[3] Ya a comienzos del siglo XX otros autores renombrados, como Dionisio Pérez Gutiérrez (apodado Doctor Post-Thebussem) y Teodoro Bardají Mas,[19] defendieron la nomenclatura española de los menús, haciendo que se abandonase la influencia francesa de los siglos anteriores.
La variedad del clima español hace que pueda darse un gran abanico de diferentes verduras, cereales, hortalizas y frutas.
En general, son abundantes los platos elaborados a base de legumbres (garbanzos, lentejas, judías, etcétera), empleadas en los diversos cocidos y potajes cocinados a lo largo de toda la geografía española, aunque ambos con variaciones regionales en su uso más o menos importantes.
Los cereales son importantes en la alimentación española y se emplean generalmente en la elaboración del pan, dando variedades muy distintas en cada región.
[26] Este contacto con el mar hace que la cocina española posea abundantes recetas de pescado y marisco.
Se pueden considerar entre los mariscos, que dependiendo de la zona son populares, los percebes, centollos, nécoras, almejas, bogavantes, cigalas, langostinos y calamares.
[27] Otro pescado frecuente es el atún, que se encuentra fresco, aunque resulta muy habitual encontrarlo enlatado.
Otro pequeño pescado muy habitual en las costas y en el interior es la sardina, que suele prepararse de diversas formas: a la plancha, asada, etcétera.
Algunos están vinculados a festividades religiosas cristianas, como el roscón de Reyes o los dulces navideños (turrón, polvorones, peladillas, pestiños, etcétera).
En el norte de España los dulces son igualmente elaborados y se emplea frecuentemente la vainilla como aromatizante.
Es frecuente que la gastronomía clásica emplee recipientes de barro no solo para cocinar, sino también para servir los platos (cazuelas).
Existe una gran afición por las verduras encurtidas, en especial por las aceitunas, que están presentes en la mitad sur española en casi cualquier aperitivo informal, aunque cabe destacar también a las berenjenas, los ajos, las cebollas (generalmente de pequeño tamaño) y los pepinillos.
La cena suele hacerse al anochecer, por regla general más tarde que en la mayoría de los países europeos.
[39] Es precisamente Néstor Luján y Juan Perucho quienes hacen una clasificación en su Libro de la cocina española.
[44] Su personalidad, con el tiempo ha llegado a influir sobre otras cocinas regionales como la madrileña, donde existen platos típicos de inspiración claramente manchega.
Los pescados más típicos son el bacalao, preparado al ajoarriero y a la zaragozana (de forma parecida).
Al igual que el resto de regiones costeras del Levante, posee platos específicos con arroz.
Entre los pescados son populares las sardinas preparadas en escabeche o lañadas (asadas), el rodaballo y la merluza.
Los caracoles son un ingrediente habitual en la cocina murciana, encontrándose de diversos tamaños, como los grandes (serranas) o los pequeños (chupaderos).
Posee un gran parentesco con las gastronomías de otros países, como Normandía, Bretaña, Irlanda y evidentemente Galicia.
Entre los pescados se encuentra la popular preparación del besugo a la madrileña (plato típico de Navidades), la merluza y el mero.
Madrid posee una abundante confitería religiosa, cabe destacar las populares torrijas, el chocolate con churros y los buñuelos.
Es muy popular el empleo de setas desde mediados del siglo XX, siendo frecuente encontrarlas como ingrediente en algunos platos tradicionales.
En cuanto a la repostería, llamada golmajería en la región, se pueden mencionar distinos dulces como los fardelejos o los riojanitos.
La vanguardia es reconocida especialmente gracias a la labor del cocinero Ferran Adrià, que en el verano de 2003 tuvo una gran proyección internacional gracias a los elogios que le rindieron en el suplemento dominical del New York Times.