Pimiento de Padrón

El idioma gallego ha sabido acomodarse a esta realidad variable y zanjar la cuestión con la sentencia popular «Os pementos de Padrón, uns pican e outros non»[2]​ («Los pimientos de Padrón, unos pican y otros no»).

Suelen asarse a la plancha o freírse frescos en la sartén (a veces ligeramente en una freidora con aceite de oliva hirviente, sacándose con una espumadera) y al servirlos en una fuente se sazonan con la denominada "sal gorda" o "sal de deshielo".

Cuando se disponen en una fuente, generalmente acompañan otros alimentos (carne, marisco o pescado) o constituyen una tapa, sirviéndose con los pedúnculos («rabitos»), que no son ingeridos en ningún momento pero ayudan a comerlos (no es necesario cubierto).

[4]​ Así y todo, la ingesta del mismo no presenta ninguna clase de peligro.

Debido a que frente a los ejemplares que no pican otros producen un picor que puede ser intenso hay toda serie de creaciones populares sobre este tema, sobre todo en Galicia, donde es muy popular y reiterado el aludido refrán gallego «Coma os pementos de Padrón: uns pican e outros non» («Como los pimientos de Padrón: unos pican y otros no») en comentario alusivo a la variabilidad de cualquier tipo que se pueda observar ante determinada circunstancia.

Lo cierto es que la proporción de ejemplares picantes parece aumentar considerablemente en las zonas de cultivo (hoy en día la práctica totalidad se realiza en invernadero) que han recibido mayor insolación, con lo cual en origen se puede controlar en parte esta característica en las remesas recolectadas.

Un par de manojos (" mans ", "manos" en gallego ) de pimientos de Padrón.
Plato de pimientos de Padrón
Pimientos de Padrón sazonados con sal gorda