Consiste en un puño metálico de bordes bajos y abiertos y un mango que puede ser plástico (baquelita), del mismo metal o de madera, para sujetarlo.
Actualmente muchas vienen recubiertas de teflón antiadherente, que facilita la cocción o fritura de los alimentos al evitar que se peguen los alimentos a la sartén.
Al golpe dado con sartén se le denomina «sartenazo».
Los defensores del género masculino de sartén suelen argumentar que, aunque en latín sartago era femenino, en general, todos los sustantivos terminados -én son masculinos: andén, edén, almacén, terraplén, y que por eso herrén y llantén, que eran femeninos en latín (ferrago, plantago), se han hecho masculinos en castellano.
Según el diccionario de la Real Academia Española (RAE), sartén pertenece al género femenino, aunque la RAE observa que "en muchos lugares de América y España es usado como masculino".