[4] Fuera de la OCDE, el mayor consumidor per cápita global es Mongolia, con 45,1 kg.[4].
Entre los países hispanohablantes el mayor consumo per cápita está en Argentina 11.2 kg, y en Colombia, 10.6.
En México el cordero se consume ampliamente en todo el territorio, principalmente en barbacoa y/o birria.
El cordero es la carne elegida para el popular plato de barbacoa, en el que el cordero se asa o se cuece al vapor envuelto en hojas de maguey bajo tierra.
Un cordero lactante puede, por ejemplo, ser alimentado con leche industrial reconstituida y no por su madre, lo que dará lugar a una carne diferente a la de un método de obtención mediante lactancia natural.
[4] En Australia, la pierna de cordero asada se considera el plato nacional.
En este plato, el cordero cortado en finas lonchas se cocina en una sartén convexa junto con diversas verduras y setas delante de los comensales, y luego se sumerge en salsas para mojar a base de salsa de soja y se come.
Es un ingrediente principal, junto con los pulmones y el corazón, en el plato tradicional escocés llamado haggis.
Los testículos de cordero son un manjar en muchas partes del mundo.
Los riñones de cordero se encuentran en muchas cocinas de Europa y Oriente Medio, a menudo divididos en dos mitades y asados (en kebab en Oriente Medio), o salteados en una salsa.
El tono es de color rosa pálido y tiene poca grasa, blanca.
Esto hace que pierda su grasa inicial al menos 4 meses y un peso de unos 13 kg.
Además, se controlan el origen, la raza, la producción, la alimentación, la sanidad, el transporte, el sacrificio y la distribución a los establecimientos para la venta al público.
En este sentido, los corderos deben sacrificarse antes de los 35 días de vida en el caso del lechal y entre 60 y 90 días en el caso del cordero recental.
Asimismo, su presentación debe ser completa sin anomalías congénitas u otras deformaciones, sin tintes ictéricos (amarillos) y con un sangrado correcto.