La OMS la recomienda como alimento exclusivo para el lactante hasta los 6 meses de edad, y con alimentación complementaria al menos hasta los 2 años de edad, ya que contiene todos los nutrientes necesarios para su correcto crecimiento y desarrollo.
Las infecciones y alergias son más raras en los niños criados a pecho que en los alimentados con biberón.
Si bien es cierto que el niño viene al mundo protegido con anticuerpos, esta protección desaparece al nacer y las inmunoglobulinas o anticuerpos presentes en la leche materna ocupan su lugar y le protegen hasta que su propio cuerpo los genera.
El bebé recibe la primera leche durante los primeros días de vida, esta leche, también llamada calostro es muy nutritiva, espesa y amarillenta, proporciona anticuerpos importantes que fortalecen su sistema inmunológico y revisten la pared intestinal.
Para que la mujer pueda producir leche materna debe estar bajo la influencia de las hormonas prolactina y oxitocina.
Puede ser muy peligroso que se les recomiende a las madres tomar o comer algún alimento en particular para producir buena leche.
Esto es un mito, sin embargo, la producción depende únicamente del estímulo que realiza el bebé al succionar.
La primera leche elaborada por la persona después del parto y durante los primeros cuatro días se llama calostro, caracterizada por su alta concentración de inmunoglobulinas, que cubren y protegen el tracto gastrointestinal del recién nacido.
[1][2] En principio, con gran paciencia y perseverancia es posible inducir la lactancia por solo realizar succión en los pezones.
La leche materna también contiene anticuerpos de la madre que pueden ayudar al bebé a evitar infecciones, denominados inmunoglobulinas.
Además de nutrientes, agua, enzimas y hormonas contenidas en la leche de la madre, al hijo también se pueden transferir, mediante la lactancia, medicamentos o sustancias tóxicas, como el alcohol, o algunas enfermedades y virus patógenos.
El consumo de leche materna produce beneficios para el recién nacido y su madre, adicionalmente.
• Mejora el pronóstico y la calidad de vida • Incorpora rápidamente al niño a su familia.
• Asegura mejor adherencia al control del niño sano, además de que los padres se sienten más seguros para otorgar sus cuidados.
La Lactancia no debe ser dolorosa, para ello es necesario que la Madre se coloque en una posición cómoda y a su vez que coloque al bebé en una posición cómoda también, de manera que queden frente a frente, la madre debe sentir cómo se vacían sus senos y se vuelven a llenar, es importante mantener lubricados los pezones para evitar grietas causadas por la saliva del bebé.
Esto crea incomodidad en la mama, e incluso puede derivar en una mastitis, por tanto se hace imprescindible la extracción de la misma.
Por otro lado, contiene excesivas cantidades de proteínas, sodio y potasio, que pueden dañar los riñones inmaduros del infante.