En ayunas, la domperidona se absorbe rápidamente tras la administración por vía oral, alcanzando su máxima concentración plasmática a los 30-60 minutos.
Una baja acidez gástrica deteriora su absorción, motivo por el cual su biodisponibilidad aumenta al tomarla tras la comida y disminuye con la administración previa concomitante de cimetidina o bicarbonato sódico.
La semivida plasmática tras una sola dosis oral es de 7-9 horas en sujetos sanos, pero está aumentada en pacientes con insuficiencia renal grave.
Su indicación, según estas entidades, queda restringida al alivio de las náuseas y los vómitos.
La intoxicación por domperidona origina síntomas que pueden incluir somnolencia, desorientación y reacciones extrapiramidales, particularmente en niños.