Con subsecuentes exposiciones al mismo alergeno, hace que las IgE se entrecrucen en la superficie celular de células sensibilizadas, resultando en una desgranulación y secreción de mediadores farmacológicamente activos, tales como la histamina, leucotrieno y prostaglandina.
Los principales efectos de estos productos son la vasodilatación y la contracción del músculo liso.
En la hipersensibilidad tipo 2, los anticuerpos producidos por el sistema inmunitario se unen a antígenos en la superficie misma de las células del paciente.
Los antígenos así reconocidos pueden ser de naturaleza intrínseca (son parte innata de la célula del paciente) o extrínseca (absorbidas a la célula durante la exposición a un antígeno extraño, posiblemente una infección por algún patógeno).
Ello hará proliferar los linfocitos B junto con la secreción de anticuerpos en contra del medicamento.
En neurología, psicología y psiquiatría el término es usado usualmente también para denominar ciertas anormalidades de carácter sensorial.
Por ejemplo, la denominación se suele utilizar para referirse a la incapacidad de muchos individuos pertenecientes al espectro autista para soportar el contacto físico con otras personas.