Localizada principalmente en el hígado y en el intestino, oxida pequeñas moléculas orgánicas extrañas (xenobióticos) como toxinas o fármacos para que puedan eliminarse del organismo.
[2] En el feto no se encuentra la CYP3A4, mientras que sí existe la CYP3A7, de similar actividad.
Aunque si bien la CYP3A4 la encontraremos predominantemente en el hígado, también podemos hallarla en otros órganos y tejidos, como por ejemplo en el intestino, en donde juega un importante papel en el metabolismo de ciertas drogas, donde metaboliza determinadas sustancias que actúan como profármacos para posibilitar su absorción como principios activos.
Recientemente, la CYP3A4 ha sido identificada en el cerebro, donde su papel respecto al sistema nervioso central es aún desconocido.
Esta técnica no invasiva, consiste en la administración de eritromicina marcada con 14C mediante inyección intravenosa.