La telitromicina es el primer cetólido antibiótico de uso clínico, y se comercializa como Ketek.
Se emplea para tratar la neumonía adquirida comunitaria de baja o moderada severidad.
La mayoría de los efectos secundarios adversos son gastrointestinales e incluyen diarrea, náuseas, dolor abdominal y vómitos.
Otros efectos menos comunes son palpitaciones, visión borrosa, y sarpullidos.
Al unirse a la subunidad 50S del ribosoma procariota, bloquea el crecimiento de la cadena polipeptídica.
Además, es capaz de formar un enlace fuerte con dos dominios diferentes del ARN ribosomal 23S presente en la subunidad, mientras sque otros macrólidos presentan una unión comparable con solo uno de los dominios y un enlace más débil con el otro.
Al contrario que la eritromicina, la telitromicina es estable en un pH ácido, gracias a la metilación del carbono 6 y, por tanto, puede ser consumida por vía oral sin que el jugo gástrico descomponga la molécula.
Tras una absorción bastante rápida se difunde a diversos tejidos y alcanza una alta concentración en fagocitos, que la transportan al foco de infección donde se libera en grandes cantidades durante la fagocitosis.
Como resultado, la doctora Maria Anne Krikman Capmbell ingresó en prisión por fraude.
Además, el etiquetado del producto tuvo que incluir un aviso sobre el riesgo de efectos secundarios graves o incluso mortales.