En la gastronomía de Castilla y León se conoce como lechazo al cordero que solo se ha alimentado de leche materna, y los platos más tradicionales son el asado castellano, el cordero asado y el propio lechazo asado, que se cocina de forma tradicional en cazuela de barro y horno de leña.
Aglutina 483 explotaciones, en las que se marcan anualmente 167.000 lechazos.
La sede del consejo regulador se encuentra en la ciudad de Zamora.
Los corderos lechales deben pesar en vivo de 9 a 12 kg, y deben ser sacrificados con una edad de hasta 35 días.
[1] Desde el consejo regulador se garantiza la calidad de las canales que ampara, por un proceso de control que comienza desde el momento en que paren las ovejas, sigue durante el amamantamiento de las crías y finalizada en matadero, lugar en que los veedores hacen la clasificación y colocan tanto la etiqueta como las vitolas identificativas en el extremo distal de las cuatro extremidades.