El agua así obtenida se suele colar y endulzar ligeramente con azúcar o miel.
Esto hacía que fuese la bebida típica del verano madrileño y los meses calurosos.
Su elaboración de bajo coste hacía que fuese una bebida humilde, siempre presente en los establecimientos de fines del XIX y principios del XX y vendida por mozos en la calle.
Muy aprecida es la elaborada en un pueblo de Jaén; (España), llamado Cambil, donde cada año, en verano, se suele elaborar por algunos vecinos del pueblo y es ofrecida en las fechas de julio, Santiago (25), Santa Ana (26) y Santanilla (27), así como en toda la Vega Baja del Segura (Alicante).
En los países asiáticos se toma un té de cebada tostada con fines prácticamente similares.