[1] Es un plato invernal con un volumen alto en calorías y grasa que se sirve caliente a mediodía (almuerzo).
[4][5] La primera referencia escrita a la fabada aparece en el diario asturiano de Gijón El Comercio en 1884 pero no menciona la receta.
[7] Según la investigación de diferentes expertos[8] la fabada nace en un periodo no determinado entre el siglo XIX y XX.
Existen referencias que mencionan la fabada como un plato popular, asequible por un módico precio.
La fabada está hecha con alubias blancas (Phaseolus vulgaris) secas puestas a remojo durante varias horas antes de la cocción.
La cocción dura entre cinco y ocho horas dependiendo de la variedad y antigüedad de la faba, debe ser con la tapadera a medio poner, la cocción debe ser suave, no violenta, y se debe romper el hervor con pequeñas cantidades de agua fría (a esta operación se le dice que "asusta" o que "plasma" las fabas).
Es un plato que según la sabiduría popular: "sabe mejor al día siguiente" de haberlo cocinado.
Tras su ingesta hay que saber que las fabas son causantes de los reflujos gastroesofágicos, se pueden aliviar con cualquier medicamento adecuado para combatir la pesadez del estómago (en ningún caso bicarbonato, provoca efluvios).
Pero tal vez lo más parecido a la fabada asturiana, son los patoles, receta que se ha consumido en los estados mexicanos de Durango, Sinaloa y Chihuahua desde la época prehispánica.
Es muy probable que la fabada fuera traída a España por familias denominadas como Indianos.
Si bien la receta como se conoce actualmente, se desarrolló en el virreinato[16] por antiguos vaqueros del norte del país, también conocidos como Charros, de donde proviene su nombre; estos desarrollaron el platillo, ya que al vivir en zonas áridas contaban solo con granos y ristras de chiles y ajos, embutidos y casquería en general que provenía de su profesión; sus ingredientes típicos son frijol de las variedades pinto o peruano, tocino, chorizo, en ocasiones salchicha o costilla, chiles secos o encurtidos, tomate, cebolla, ajo y hierbas de olor; los frijoles charros al igual que el cassoulet suelen cocinarse y servirse en enseres de barro, si bien el primero es un plato más caldoso.
En Brasil, un plato comparable pero que utiliza judías pintas y carnes de allí, es la feijoada.
La fabada, desde mediados del siglo XX, se viene envasando en latas de metal.
Existen numerosas marcas que lo comercializan y no es raro encontrarlas en los supermercados de España.
En 2015 en su octava edición había degustación popular preparado por una escuela de hostelería con recetas utilizando la faba.