La cerveza (del latín cerevisĭa)[1] es una bebida alcohólica, no destilada, de sabor amargo, que se fabrica con granos de cebada germinados u otros cereales cuyo almidón se fermenta en agua con levadura (Saccharomyces cerevisiae o Saccharomyces pastorianus) u otros organismos como bacterias y obtiene sabor y aroma principalmente por lúpulo.
Generalmente presenta un color ambarino con tonos que van del amarillo oro al negro pasando por los marrones rojizos.
Las clasificaciones analógicas suelen rechazarse científicamente por poco rigurosas, pues no distinguen adecuadamente el género de la especie.
Aunque para hacer cerveza se utiliza muchas veces arroz, no solo la elaboración es distinta, sino también la fermentación.
Existen varias opiniones: En todo caso, la raíz común es fácilmente apreciable en sus voces española «cerveza», portuguesa cerveja, catalana cervesa, gallega cervexa, extremeña cervécia y retorrománica gervosa.
En otros idiomas europeos se emplean derivados de la misma raíz que la palabra germánica bier, como es el caso del inglés beer, francés bière e italiano birra.
Algunos la ubican conjuntamente con la aparición del pan entre el 10 000 a. C. y 6000 a. C., ya que tiene una parecida preparación, agregando más o menos agua.
No se puede hablar de una verdadera industria cervecera hasta el siglo XIX, cuando empiezan a aparecer pequeñas fábricas más industriales que artesanales.
Luego le siguieron marcas como La Salve Bilbao (1886), Mahou (1890), La Zaragozana (1900), Cruzcampo (1904) y Estrella Galicia (1906).
Los demás cereales se pueden utilizar malteándolos previamente, aunque solamente es indispensable hacerlo en el caso de la cebada.
Actualmente pueden encontrarse en el mercado hasta 60 tipos diferentes, cifra que aumenta considerablemente si tenemos en cuenta el malteo casero.
De esta planta se utiliza sin fecundar la flor hembra, llamada “cono”, salvo en Inglaterra.
El lúpulo puede adquirirse y usarse en forma de “pellets”, palabra inglesa utilizada en la jerga cervecera, que significa “pildorita”.
Entre los minerales del agua que más interesan a los cerveceros están el calcio, los sulfatos y los cloruros.
Estas cervezas son pues ácidas por definición, y su elaboración requiere procedimientos especiales destinados a rebajar la acidez.
La elaboración de la cerveza tiene una muy larga historia, y las evidencias históricas dicen que ya era empleada por los antiguos egipcios.
Las cervezas negras son llamadas así por el uso que se hace en la receta de maltas tostadas o quemadas.
El consumidor bebe “la misma cerveza” independientemente de que esté elaborada en Japón, en España o en Burdeos.
En segundo lugar, la fermentación producía alcohol y desinfectaba el agua ofreciendo así una bebida limpia de contaminación bacteriana.
No en vano, en sitios como la República Checa o Baviera, se llama a la cerveza hasta hoy "pan líquido".
El único lugar donde parece que la cerveza no tuvo mucho papel fue en la antigua Grecia, donde dominaba el vino.
Los egipcios comenzaron su cervecería con panes como los sumerios, pero parece ser que fueron los inventores del malteo.
Hasta se describe cómo los pobres bebían cerveza con cañitas del río, mientras que los ricos disponían de tubos en oro para hacer el mismo servicio.
La cerveza posee un alto contenido en vitaminas, sales minerales, proteínas, fibras, micro nutrientes y carbohidratos.
En ella el rey determinaba que la cerveza solamente podía hacerse con agua, malta de cebada y lúpulo.
En otros países, las leyes no fueron tan estrictas y se permitieron conservar recetas en las que figuraban algunos aditivos.
Así apareció la cerveza Lager (en alemán, «almacén, bodega») y la propia levadura de baja fermentación que fue identificada posteriori.
Precisamente en los años 1940, se puede decir que vuelve a aparecer la idea de producir cerveza casera.
Hasta el punto que importantes productores de talla mediana han apostado por producir cervezas históricas y por resucitar recetas perdidas.
El gluten es una proteína que se encuentra en los granos de trigo, cebada, centeno y posiblemente en la avena.