También hay cañas trepadoras, que crecen erguidas los primeros metros en el sotobosque y luego siguen ganando altura apoyándose en los estratos arbóreos más altos y entrelazando en ellos las delgadas ramificaciones que se originan en sus nudos (hábito semitrepador o apoyante).
El culmo muere luego de madurar los frutos, pero en muchas especies una caña individual puede vivir décadas hasta que se forma la inflorescencia.
Decía Plinio que unas débiles cañas han bastado para someter, civilizar y suavizar las costumbres de los hombres.
Poco tiempo después nacieron allí algunas cañas que hicieron público al mundo este secreto.
Casi todos los monumentos antiguos y modernos representan estas divinidades coronadas de cañas.