Tras ser derrotados por los magiares en el año 906, los reinos vecinos se disputaron Moravia.
El progreso del gobierno carolingio, en cuanto a centralización del poder y creación de estructuras administrativas, influyó a los eslavos, checos y moravos hasta constituir dos realidades políticas muy diversas: En 833, Mojmír I sometió el principado de Nitra, reuniendo por primera vez en una sola unidad política a eslavos, checos y moravos.
Probina y su familia logran escapar a territorio franco, donde se les concede el Principado de Balaton o Pannonia Inferior.
A pesar de que inicialmente fue designado por los soberanos francos, el príncipe logró imponer su política independiente.
Por un lado, logró la derrota del ejército franco en el 855; por otro derrocó el monopolio e influencia del clero francés en la zona haciendo un llamamiento al emperador bizantino, Miguel III, para que enviara misioneros que evangelizaran la región en lengua eslava.
La respuesta del monarca bizantino llegó de inmediato enviando a Cirilo y Metodio en el 863.
Capturado por los francos y con el pueblo en insurrección, dirigidos por Slavomír, los años venideros fueron difíciles, hasta la liberación de Svatopluk.
En 880, el pontífice Juan VIII publicó la bula Industriae Tuae, por la que se creaba la provincia eclesiástica independiente de Gran Moravia, con Metodio como arzobispo, y se reconocía al eslavo como el cuarto idioma litúrgico (junto al latín, griego y hebreo).
Al morir Svatopluk I en 894, el Imperio entró en decadencia al repartirse entre sus hijos Mojmír II y Svatopluk II, los cuales asumieron como rey de Gran Moravia y Príncipe de Nitra, respectivamente.
Metidos en luchas internas e invadidos por el reino Franco Oriental, la Gran Moravia perdió la mayoría de sus territorios periféricos.
En 902, aniquilarían el ejército de la Gran Moravia, la cual pasaría a ser un mero reino fronterizo, que desaparecería paulatinamente.
Si bien no se tienen datos exactos sobre cuándo murieron los últimos monarcas moravos, Mojmír II y Svatopluk II, se estima que probablemente perecieron alrededor de 907, cuando los húngaros ganaron la batalla de Bratislava contra el ejército bávaro.
Destruido el imperio, sus restos fueron repartidos de la siguiente forma: En cuanto a las principales fortificaciones, como Nitra, Bratislava y Zemplín, conservan sus funciones por su importancia estratégica.
Especial mención merece la relación entre magiares y eslavos, quienes realizaron una profunda fusión étnica y cultural, lo que no permite seguir con el rastro arqueológico más allá del siglo XI.
La marca fue originalmente creada, como las marcas similares —Austria, Estiria, Carniola y Carintia— en la primera mitad del siglo X en la tierra que anteriormente había sido parte de la Gran Moravia, un Estado eslavo que sucumbió a las incursiones magiares a principios del siglo X.
En la segunda mitad del siglo X, cuando los magiares fueron finalmente derrotados y ya no constituían más una amenaza, apareció un nuevo peligro por el norte: los bohemios.
Debido a que generalmente existían múltiples hijos menores en cualquier momento, Moravia solía dividirse en tres (variable) ducados/marcas independientes (en checo úděly): Brno, Olomouc y Znojmo.