Los países checos, a los que pertenecen Bohemia, Moravia y Silesia, han estado habitados desde tiempos ancestrales.
Este Estado duró hasta 658, cuando se expulsó finalmente a los ávaros de la región.
En 950, el rey alemán Otón I conquista Bohemia y la anexa al Sacro Imperio Romano Germánico.
Su hijo Carlos se convirtió en rey checo en 1346 y fue coronado emperador del Sacro Imperio Romano Germánico en 1355.
Sus sermones, que prefiguran el protestantismo, provocan repulsa en la Iglesia, pero tienen gran eco en todo el país.
Intentó difundir por Europa, además, la necesidad de crear una unidad europea que previniese futuras guerras.
Esta situación se extendió por más de cien años, tiempo durante el cual la cultura checa estuvo influenciada por la alemana.
En el siglo XIX, Bohemia y Moravia se habían desarrollado notablemente gracias a la industria, lo que provocó que los campesinos checos se trasladaran a los grandes centros urbanos, mayoritariamente poblados de alemanes, con afán de progreso.
Esta situación fue aprovechada por los intelectuales y periodistas de la época para fomentar una mayor conciencia nacionalista en el pueblo checo.
Por entonces, Checoslovaquia estaba formada por Bohemia, Moravia, Eslovaquia, parte de Silesia y Rutenia subcarpática.
[cita requerida] Esta situación es aprovechada por Hitler que amenaza al por entonces presidente Edvard Beneš y lo intima a entregar los Sudetes, regiones fronterizas pobladas mayoritariamente por alemanes.
El país se fragmenta y Eslovaquia pasa a ser un satélite del régimen nacionalsocialista en 1939.
Aprovechando la debilidad en que había quedado el gobierno del presidente Beneš, Polonia y Hungría también reclamaron territorios, los cuales fueron cedidos por temor a una invasión a gran escala de los nazis, cosa que finalmente se produjo.
El Ejército Rojo marcha hacia Praga en mayo de 1945, pero antes de llegar, y sabiendo la resistencia checa que los soviéticos llegaban desde el este, se rebelaron y lograron expulsar a los nazis un día antes que el Ejército Rojo entrara en la ciudad.
Liberado el territorio checoslovaco, nuevamente se convirtió en un estado independiente, pero esta vez bajo el manto de la Unión Soviética.
Durante este tiempo fueron expulsados gran cantidad de alemanes y colaboracionistas húngaros.
Apoyándose en ésta, fueron declarados ilegales la mayoría de los partidos políticos y los restantes fueron subordinados al PCCh.
Se nacionalizaron gran parte de las propiedades e industrias y muchos oponentes políticos fueron encarcelados o ejecutados.
[cita requerida] Hacia 1956 la Unión Soviética emprende una desmilitarización de la región y suaviza su política.
Los presos políticos son liberados y en 1960 se promulga una nueva constitución que convierte a Checoslovaquia en república socialista.
[cita requerida] La opresión retornó a Checoslovaquia y permaneció allí por los siguientes 20 años, conocidos como época de normalización.
Ganó el Partido Socialdemócrata checo (ČSSD) en todas las regiones a excepción de Praga donde no hubo elecciones.
[5] En diciembre de 2017, el presidente checo, Miloš Zeman, nombró a Andrej Babiš como nuevo primer ministro.