Calcio

Los iones de calcio actúan de cofactor en muchas reacciones enzimáticas, intervienen en el metabolismo del glucógeno y, junto al potasio y el sodio, regulan la contracción muscular.

Las superficies recientes son de color blanco plateado pero presenta un cambio físico rápidamente, cambiando a un color levemente amarillo expuestas al aire y en última instancia grises o blancas por la formación de hidróxido al reaccionar con la humedad ambiental.

A principios del siglo XX el calcio solo se obtenía en laboratorio.

Es el quinto elemento en abundancia en la corteza terrestre (3,5 % en peso) pero no se encuentra solo, sino formando compuestos con gran interés industrial como los carbonatos (minerales como calcita y dolomita o rocas como el mármol, la caliza y la dolomía) o el sulfato cálcico (yeso, alabastro) a partir de los cuales se obtienen la cal viva, la escayola, el cemento, etc.; otros minerales que lo contienen son fluorita (CaF2) y apatito (fosfato).

La industria metalúrgica hace amplio uso del óxido durante la reducción de aleaciones ferrosas.

El hidróxido de calcio (Ca(OH)2), llamado cal apagada, tiene muchas aplicaciones en donde el ion hidroxilo es necesario.

Se requiere calcio en la trasmisión nerviosa y en la regulación de los latidos cardíacos.

Así, en el ser humano, está presente en los huesos como hidroxiapatito cálcico (Ca10(OH)2(PO4)6).

El componente intercambiable puede considerarse una reserva que se acumula cuando la dieta proporciona una ingesta adecuada de calcio.

Muchos otros iones se presentan, como flúor, magnesio, Zinc y sodio.

Su concentración está controlada principalmente por la parathormona, la calcitonina y la vitamina D. El calcio sérico se mantiene en niveles muy estrechos de 8,8 a 10,8 mg/dL.

El calcio se absorbe a lo largo del tracto gastrointestinal, principalmente en el duodeno.

También estas ingestas elevadas interfieren con la absorción de hierro, lo mismo para el zinc.

Los principales alimentos ricos en calcio son los productos lácteos, especialmente el queso, y los pescados pequeños (que algunas sociedades acostumbran a consumir enteros), como las sardinas, boquerones, chanquetes, incluidas sus vértebras y espinas, donde se encuentra la mayor concentración de calcio.

[10]​ Se utilizan suplementos alimentarios de calcio, para aumentar su concentración intestinal y por tanto permitir una mayor absorción.

Las plantas con deficiencias pierden turgencia en la parte apical del fruto, que se desplaza en forma concéntrica hacia su base, ocasionando el daño conocido como Blossom End Rot (BER) o podredumbre apical del fruto.

La podredumbre apical o Blossom End Rot (BER) del tomate es la fisiopatía responsable de cuantiosas pérdidas económicas.

Alta salinidad del suelo o solución nutritiva, estrés hídrico, anoxia (ausencia de oxígeno) y daño a la raíz por agentes bióticos, son algunos de los factores asociados a esta fisiopatía en el fruto.