La baja fermentación se emplea en la elaboración de algunas cervezas (generalmente de color claro rubio, «lager») con algunos matices dorados oscuros, y de marcado sabor a lúpulo.
La levadura de estas cervezas actúa a baja temperatura (en el intervalo que va de 6 a 10 °C) y pasan de 8 a 10 días tras los cuales se depositan en el fondo de la cuba.
El nombre de esta fermentación se debe a este efecto de precipitación.
Las cervezas de baja fermentación vienen a ser las más corrientes.
En ciertos países con tradición cervecera, este tipo de cervezas constituye la mayoría; por ejemplo el 75% de las cervezas belgas son de fermentación baja.