También se apoderó de los bienes propios del concejo, vendiéndolos en pública subasta.
Más tarde, su hijo Felipe III, tras ganar la localidad el pleito puesto ante el Concejo de Hacienda, tuvo que devolverlos.
La Guerra de la Independencia afectó a la villa principalmente en el aspecto económico, al verse obligada a vender los bienes propios para pagar las contribuciones de guerra.
Así y todo, en 1874 se publica que Villarramiel tiene 3.027 habitantes y 712 casas, más que duplicando los habitantes de la capital de su partido judicial, Frechilla.
Al igual que otras localidades cercanas, su caso urbano estuvo rodeado de una frágil cerca de tapial, que se conservó hasta bien entrado el siglo XVIII.
Tuvo varias puertas, que daban al campo, siendo la principal la conocida como vieja de Santa María o, sencillamente, puerta de Santa María, situada en la calle que desde el Corro conduce a la iglesia del mismo nombre y que se emplazaba extramuros de la villa, cercana a la muralla que llegaba hasta el arroyo de Santa María.
Se celebran en torno al día del patrón del pueblo, que es el 24 de agosto y han sido declaradas de Interés Turístico Regional desde el año 1990.