La unión se caracterizó por ser personal, es decir, que los distintos territorios, estados y señoríos compartían monarca, pero mantenían sus leyes e instituciones propias, siendo formalmente independientes entre sí.
[29] Una decisión que, según Miguel Ángel Ladero Quesada, «tenía tanto de motivaciones familiares e incluso personales, pues implicaba cierto sentido caballeresco del deber, como políticas: el rey portugués veía con inquietud la inminente unión dinástica entre Castilla y Aragón».
Desde ese momento hay, ciertamente, una política y una diplomacia comunes, pero, por lo demás, los dos Estados conservan su originalidad, sus leyes, sus instituciones, sus costumbres.
Más que una unión nacional, conviene, pues, hablar de una doble monarquía… En cuanto al derecho: los dos Estados, Castilla y Aragón, permanecen cuidadosamente diferenciados; los dos soberanos conservan su preeminencia, cada uno en su reino».
[79] Por lo que respecta al soporte del escudo, el águila de San Juan, fue utilizado primeramente por Isabel siendo aún princesa en 1473.
Para ahorrar gastos en 1498 se suprimirán los órganos centrales conservándose tan sólo las cuadrillas locales encargadas, como al principio, de la represión del bandidaje en las zonas rurales.
[96] El siguiente paso fue restablecer en todos los ámbitos la autoridad del Estado para lo que reorganizaron en profundidad las instituciones existentes y crearon otras nuevas.
[109] En el ámbito local y territorial, extendieron la institución de los corregidores con carácter permanente a todas las ciudades, con poderes muy amplios.
[114][115] Según Joseph Pérez, «los corregidores fueron los agentes más eficaces de la Corona en su esfuerzo por restablecer en todo el territorio nacional la autoridad del Estado».
[126][127][128] El mismo objetivo de afirmar la autoridad del Estado guio la política respecto del alto clero, emparentado con la alta aristocracia con la que comparte mentalidad e intereses, y que ostenta poderes territoriales considerables, con el arzobispo de Toledo a la cabeza.
[165][166][167][168] «Así se creó el primer órgano institucional que homologaba la autoridad real en las dos coronas de los Reyes Católicos, porque este Consejo Supremo elaboró instrucciones precisas y generales para regular los procedimientos de actuación, sin distinguir entre los ordenamientos legales vigentes en los reinos», ha señalado Rafael Narbona Vizcaíno.
[190] La severidad de los inquisidores causa estupor[190][191] y las quejas llegan al papa Sixto IV, quien se plantea revocar la autorización que había dado a los reyes.
[224][225] Los historiadores han debatido extensamente sobre si, además de los motivos expuestos por los Reyes Católicos en el decreto, hubo otros.
[239] «Verdaderamente, entonces la monarquía hispánica marcaba la pauta del concierto europeo al nivel de las primeras potencias mundiales», ha señalado Rafael Narbona Vizcaíno.
[252] Se propusieron «cerrar el último y definitivo capítulo de existencia del poder islámico peninsular», ha apuntado Rafael Narbona Vizcaíno.
[277][278] La conquista de las dos «islas mayores» restantes (La Palma y Tenerife) no se emprendió hasta diez años después.
[292] Rafael Narbona Vizcaíno añade que «tampoco estaba fuera del programa no aprovechar la aventura para tomar contacto con el Gran Khan asiático, titular del gran imperio mongol, y conseguir la mutua colaboración para establecer un doble frente, oriental y occidental, ante la peligrosa expansión turca».
La Niña, donde iba Colón, llegó a Lisboa y La Pinta, capitaneada por Martín Alonso Pinzón, al puerto gallego de Bayona.
[293][294][295] Los Reyes Católicos se apresuraron a conseguir del papa Alejandro VI, de origen valenciano, las bulas que les otorgaban el dominio sobre las tierras descubiertas o por descubrir.
Esta vez contaba con una gran flota —17 barcos y 1200 hombres— que se proponía colonizar «las islas de las Indias descubiertas e per descobrir».
La entrevista no se produciría hasta junio, mientras que Felipe iba recabando más apoyos, y disminuían los de Fernando.
Pero Fernando no volvió inmediatamente sino que dio prioridad a su reconocimiento como soberano de Nápoles hacia donde se dirigió.
Inmediatamente se produjo un cambio en la actitud que había mantenido hasta entonces Luis XII sobre los reyes navarros Catalina y Juan Albret.
Un mes después Fernando ya comenzó a titularse rey de Navarra (Fernandus Dei gracia rex Navarrae et Aragonum).
[391] Por su parte Antonio Domínguez Ortiz había considerado anteriormente otras razones: «Tal vez fuese porque reconocía a Castilla más aptitud para defenderla contra los franceses.
Según Antonio Domínguez Ortiz (1973), «el reinado de los Reyes Católicos representó un viraje decisivo en nuestros destinos nacionales».
La segunda fue la conquista del reino de Granada, aunque como era lógico, la participación fuera decreciente, conforme a la distancia».
[397] Según Joseph Pérez (1980), «los Reyes Católicos iniciaron con su casamiento la creación de la nación española y la labor se interrumpió con ellos.
Carlos V y Felipe II, preocupados por los problemas internacionales, descuidaron la política interior… no intentaron fundir los pueblos de la Península para formar una nación unida, coherente, solidaria.
En suma, a finales del siglo XV comenzaba solamente un largo y laborioso proceso para transformar España en un Estado-nación».
Territorio incorporado a Castilla en 1463 | |
Dominios de la casa de Albret | |
Dominios de la casa de Foix | |
Reino de Navarra incorporado a Castilla en 1515 | |
Baja Navarra |