Los cuatro autores de los Evangelios (San Mateo, San Marcos, San Lucas, y San Juan) han sido representados tradicionalmente en forma de tetramorfos, siendo el águila la figura asociada a San Juan, ya que su Evangelio es el más abstracto y teológico de los cuatro.
El águila como símbolo heráldico es un símbolo de poder y respeto, pero el águila de San Juan no debe confundirse con el águila bicéfala que aparece en los escudos empleados por los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico de la Casa de Habsburgo o por los usados por los zares de Rusia, que derivan del escudo de los emperadores bizantinos.
El más conocido de los diseños del Águila de San Juan es el que incorporó Isabel la Católica como soporte a su escudo personal, y más tarde integrada en el escudo de los Reyes Católicos.
Lo hizo ya que tenía gran devoción al Evangelista y es anterior a su proclamación como reina.
También destacan las armas que utilizaron María I y Felipe II como monarcas de Inglaterra, el Águila de San Juan se incorporó como uno de los soportes del escudo (junto al león inglés) ya que se reunieron en este las armas de los dos esposos.