[3] Sobre un gran tablado visible desde gran distancia, los conjurados colocaron una estatua de madera que representaba al rey vestido de luto y ataviado con la corona, el bastón y la espada reales.También se encontraba allí el infante Alfonso, que por entonces todavía no llegaba a los once años de edad.[3] El nuevo rey Alfonso XII fue considerado un títere en manos del marqués de Villena y no fue aceptado por una gran parte del país, que se mantuvo leal a Enrique IV.Gómez Manrique organizó festejos y compuso momos teatrales para celebrar el cumpleaños real en los que las damas de la Corte hacían el papel de hadas.Estalló así la guerra de sucesión castellana, que se prolongaría hasta 1479.