Su tío materno, el archiduque Wenceslao de Austria, y su hermana, la infanta Isabel Clara Eugenia, fueron sus padrinos.
Fue llevado a la pila por el príncipe Pedro de Médici, residente en España.
[b][4][5] Tras las muertes de sus hermanos mayores Fernando (1578) y Diego (1582) se convirtió en heredero del trono.
La transcripción de la intitulación documental completa ("in extenso") empleada por este monarca era:
En general, es la misma intitulación empleada por su padre Felipe II en 1581, a la que en ocasiones se añadían también Hungría, Dalmacia y Croacia.
Este tipo de personas eran llamadas en el siglo XVII privado, valido o, más raramente, favorito.
[10] Esta circunstancia no era nueva, porque con Felipe II la corona estuvo en suspensión de pagos en 1557, en 1575 y en 1596.
Tras esto los precios en Madrid fueron en caída y el duque se dedicó a comprar casas en la Villa de Madrid para, cinco años después, trasladar la Corte de nuevo a Madrid y, una vez los precios al alza, volver a obtener beneficios con la venta.
[10] Los altos funcionarios, los burgueses y los labradores ricos acumulaban patrimonio como un primer paso hacia la hidalguía.
[13] Con los Austrias se constituyeron unos 200 señoríos, en gran parte para obtener un título castellano.
Para esta operación fueron movilizados 30 000 soldados y la Armada fue la encargada de transportarlos hasta Túnez o Marruecos.
Disminuyeron considerablemente la mano de obra y los propietarios que pagasen rentas en esas zonas.
En Norteamérica, se profundizó en las conquistas españolas al norte de Florida.
Jacobo intentaría casar a su hijo Carlos con la infanta María Ana de España.
Para asegurar la conexión entre el Milanesado y los Países Bajos se abrió una nueva ruta a través de la Valtelina, en Suiza y en 1618 se produjo la conjuración de Venecia, en la que las autoridades emprendieron una persecución contra agentes pro-españoles.
Además, se construyó un prestigioso fuerte en Cólico, el del Conde de Fuentes, que fue un continuador del Duque de Alba, a la entrada del Valle de Valtelina y se aseguró el paso de las tropas españolas por el Tirol al Imperio y a Flandes, con lo que prevenía el corte del tradicional camino entre Saboya y el Franco Condado.
Algunos han bautizado este evento como la verdadera I Guerra Mundial,[3] anterior a la ocurrida en el siglo XX.
Pese a que muchos historiadores han querido ver en la famosa Pax Hispánica un gesto de hastío por la guerra y dificultad para reorganizar ataques por parte de la Monarquía,[3] también se podría opinar que esta formaba parte de una gran estrategia que permitiría a España recuperar su fuerza militar y económica y apartar a sus adversarios de sus empresas militares.
[3] Felipe III ha sido juzgado mucho más severamente de lo que lo han sido su hijo, Felipe IV, y el valido de este, Olivares, más favorablemente que Lerma, algo que resulta sorprendente si se comparan los resultados de sus respectivos gobiernos.
Por tanto, cabe afirmar que bajo el reinado del tercer Felipe, España alcanzó su verdadero cénit.
[cita requerida] Pues España alcanzó su máxima expansión territorial,[3] y jugó un papel crucial tanto en la paz como en los conflictos bélicos de gran envergadura que se sucedieron.
Felipe III y la reina Margarita de Austria-Estiria tuvieron ocho hijos:[31]