Los condes de Flandes ocupaban la parte más septentrional del reino y estaban entre los doce pares originales de Francia.
Durante siglos, la actividad económica de las ciudades flamencas, como Gante, Brujas e Ypres, convirtió a Flandes en una de las regiones más prósperas de Europa y también les proporcionó fuertes conexiones internacionales con socios comerciales.
Hasta 1477, la zona central bajo soberanía francesa estaba al oeste del Escalda y se llamaba "Flandes real" (en holandés, Kroon-Vlaanderen, en francés, Flandre royale).
Aparte de esto, los condes, a partir del siglo XI, poseían tierras al este del río como feudo del Sacro Imperio Romano Germánico: "Flandes imperial" (Rijks-Vlaanderen o Flandre impériale).
Sus sucesores consolidaron la entidad y ampliaron progresivamente su territorio, tras incorporar el condado de Henao, ganando en poder e influencia dentro de los países flamencos del Sacro Imperio Romano Germánico, y alcanzaron su apogeo económico hacia mediados del siglo XII.