El período borgoñón terminó en 1477, cuando Carlos el Temerario murió en el campo de batalla sin dejar heredero varón.
Los duques borgoñones de la dinastía Valois, que gobernaron diversos territorios en los Países Bajos, fueron: No fue hasta 1549, cuando el emperador Carlos V estableció en la Pragmática Sanción que los territorios de los Países Bajos formarían una entidad territorial indivisible.
La amplia variedad de obispados y ciudades independientes, de sistemas de impuestos, pesos y medidas, las diferentes costumbres internas y los derechos locales, fieramente defendidos, fueron un estorbo al gobierno de los Valois, pero los intentos de fortalecer el control ducal se encontraron con revueltas, apoyadas en ocasiones por los nobles locales, que desembocaban en represiones violentas, lo que llevó a un gobierno central cada vez más moderno y centralizado que permitió a los duques pasar a ser mecenas reconocidos y establecer una lujosa vida cortesana que estableció las normas de conducta en las cortes de los siglos siguientes.
Felipe el Bueno amplió el territorio bajo su control por el sudeste al conseguir el gobierno de Bruselas, Namor y Lieja.
Felipe auspició la creación de manuscritos ilustrados y la pintura de la corte alcanzó alta altura con: Robert Campin, los hermanos van Eyck y Rogier van der Weyden.