Tal denominación se debe, como en otras ocasiones, a una evolución popular por una confusión fonética.
En época andalusí, a esta ruta se la denominó al-Balat (el camino empedrado), palabra muy frecuente en otras zonas de España y origen de topónimos como Albalat y Albalate.
[4] Es posible que esa pronunciación llevara a que la gente transfiriera el sonido al del preciado metal y de ahí que comenzara a denominarla Vía de la Plata en una fecha indeterminada, pero anterior a 1504 y 1507, cuando se documenta por primera vez con Cristóbal Colón y Antonio de Nebrija, respectivamente.
[10] Para solventar esta dificultad, una nueva hipótesis explica el significado del étimo via delapidata como «camino marcado con miliarios» (del latín clásico y medieval lapis, «piedra miliaria»).
En su camino atravesaba diversos núcleos como Bedunia (San Martín de Torres), Brigeco (Castro Gonzalo), Ocelo Durii (Villalazán, provincia de Zamora), Salmantica (Salamanca), Cáparra y Norba Caesarina (Cáceres).
Solo con la creación del sistema de comunicaciones radiales a partir del siglo XVIII fue reduciendo su importancia, que no consiguió recuperar hasta la segunda mitad del siglo XX, aunque ya con el trazado de la nueva carretera, ajena en muchos casos a la vieja calzada.
[20] Entre estos miliarios, y como fundamentales para definir el verdadero recorrido romano del Iter ab Emerita Asturicam, se conservan varios de los iniciales, que marcan las millas I a XXVI, desde la salida de Augusta Emerita (milla II) hasta la mansio Ad Sorores, y de los finales, entre las millas CLXXXIV a CCCXIII, desde Salmantica hasta Asturica Augusta (este bien atribuible a Augusto).