Castrogonzalo era punto de paso sobre el Esla-Cea, por su puente, y un camino que se dirigía a la Lampreana (“carrale que discurrit de Castro Gundisalvo ad Lampriana”).
En el 982 se dona al monasterio de Santiago de León una villa llamada «Kastro Gundisalviz» y sigue teniendo importancia en 1038 cuando pasa a manos del Monasterio de San Antonio; ahora se le llama «Castro Gundisalvo» y «Castrum Gonzalvo»; en 1139 se refiere como «Castrogonçalo» y en 1199 «Castrum Gonzalviz».
El término municipal está atravesado por la autovía del Noroeste entre los pK 254 y 259 así como por la carretera N-630 que se dirige hacia Zamora y por la N-610 que se dirige hacia Palencia.
El pueblo se alza a 745 metros sobre el nivel del mar, si bien a orillas del río Esla la altura desciende hasta los 700 metros.
[8] Su posición y su indudable papel militar hicieron que Castrogonzalo apareciera ya citado en las fuentes documentales de la primera mitad del siglo X.
Sin embargo, recientes estudios han relativizado este planteamiento, pues la arabización onomástica no implica necesariamente la pertenencia a comunidades mozárabes.
En cualquier caso, Castrogonzalo no se encontraba estrictamente en la frontera entre León y Castilla, pero sí en las tierras que podían ser objeto de litigio entre ambos reinos, por lo que su fortificación adquirió un renovado interés en estos años y se convirtió en moneda de cambio habitual en los entresijos de la alta política.
En el 1206, con ocasión del tratado de Cabreros, Alfonso IX y Alfonso VIII de Castilla llegan a un nuevo acuerdo para delimitar la frontera, concretar la soberanía sobre los castillos y dejar despejada la línea sucesoria en León a favor de Fernando, nieto del rey Castellano.
Como consecuencia, el rey leonés en 1212 ocupó Castrogonzalo por la fuerza junto con otras largamente demandadas, aprovechando la campaña de Alfonso VIII contra los almohades.En 1230, al unificarse definitivamente los dos reinos, Fernando III de Castilla acordó con sus hermanas el pago de una indemnización por los derechos sucesorios, poniendo como garantía nuevamente Castrogonzalo, junto con otras plazas leonesas.
Una mirada rápida al contexto político del reino en torno a esta fecha pone de manifiesto que estos trabajos no son producto de un capricho del conde, o de una coyuntura estrictamente concejil o comarcal, si no que se debían a la rivalidad mantenida en el tiempo entre los Osorio y los Pimentel explica, junto con la convulsa coyuntura política del reino.