Su madre mantuvo buenas relaciones con Castilla hasta que una rebelión y la enemistad con el conde Sancho rompieron la concordia y llevaron a la retirada de la reina madre a Oviedo, donde murió ese mismo año.
[3] Ese mismo año falleció su ayo, Menendo González, y el hijo de Almanzor, Abd al-Málik al-Muzáffar.
[3][7] Su madre Elvira García, hasta entonces regente, garantizó durante algunos años más las buenas relaciones con Castilla.
[11] Alfonso V quería dar un giro a la administración y para eso necesita primero un nuevo marco jurídico.
Con ella se buscaba poner fin a los desórdenes de la etapa anterior y recuperar el poder real.
[12] A estos veinte preceptos se les añadieron otros veintiocho que regulaban la vida local en la ciudad de León.
[15][16] Le sucedió su hijo Bermudo III,[7] aún menor de edad pues contaba once años,[a] que quedó tutelado por su madrastra, la reina Urraca.