Teodoro Bardají ha sido considerado como el principal teórico e investigador de la gastronomía aragonesa durante buena parte del siglo XX.
Según Antonio Beltrán, autor de Cocina Aragonesa (1985), «En Aragón todos los días del año se pueden comer primeros platos de verduras, que van desde los bisaltos a las alcachofas, desde las borrajas -reinas del mundo cocineril- hasta los cardos, las judías verdes y muchos etcéteras más».
En Aragón crecen diversas setas que son muy apreciadas en su tradición culinaria.
Entre ellas podemos encontrar el Lactarius deliciosus, llamado por estas tierras rebollón, el Boletus edulis, una de las setas más apreciadas en la cocina por su sabor y textura, el champiñón, la senderilla, la seta de cardo y también la trufa negra.
En el terreno de los pescados se encuentra el bacalao ajoarriero (elaborado con bacalao en salazón), el bacalao a la baturra, la sardina rancia (que participa en platos populares como las judías con sardina rancia), las truchas a la aragonesa, la truchas a la turolense o las ancas de rana.
Eran preparadas por los trashumantes que por las cañadas cruzaban la región de norte a sur.
Asimismo, se elaboran vinos con la denominación Vinos de la Tierra ya que en el año 2009 se produce un cambio importante en la legislación europea en materia de denominaciones geográficas.