Alcañiz

La ciudad se alza a 340 m sobre el nivel del mar.

Al día siguiente de ser firmada la concordia, el 16 de febrero, los embajadores valencianos Pedro Puyol, Juan Gascó y Pedro Catalá aceptaron en su integridad todo lo establecido en la Concordia lamentando que no hubieran podido estar presentes representantes del parlamento de Traiguera, ahora reunido en Morella.

Los improvisados defensores sumaban 1500 hombres, en su mayoría bisoños y mal armados.

Poco más tarde el francés se introduce en el casco urbano por la zona del matadero, y durante 3 horas el fuego es vivísimo entre ambos bandos, principales escenarios del combate fueron la calle Mayor y la plaza del Carmen, donde defensores como Miguel Rufí y Tomás Barreda disparaban desde sus casas y luchaban cuerpo a cuerpo contra el invasor.

Igual suerte corrieron las reliquias de san Vicente Ferrer, junto con la destrucción del Archivo Municipal.

Por un lado el mariscal Louis Gabriel Suchet, que se acercó a Alcañiz para evitar la ofensiva española que se preparaba para liberar Zaragoza del segundo sitio, contaba con 10 000 infantes, 800 caballos y 12 piezas de artillería.

Frente a él se apostaba Blake con tropas valencianas y murcianas.

Y tan diezmados quedaron que no se atrevió Blake a perseguir al enemigo, camino de Zaragoza.

Se calcula que más de un tercio del casco urbano desapareció durante la ocupación.

El desastre no fue menor al de Zaragoza, aunque sí mucho menos conocido.

Según Eduardo Jesús Taboada: "había en Alcañiz un montón de ruinas, poca gente y mucha miseria, su riqueza, sus archivos y sus títulos, todo había sido pasto de las llamas".

Por su resistencia al invasor en esta guerra, le fue concedida a la ciudad el título de "muy leal".

Donde, apostando baterías en el Cabezo del Cuervo, trató de hacer brecha para penetrar en la ciudad, lo intentaron los carlistas por el claustro de San Francisco, en ese momento usado como hospital.

Aún se podían ver los disparos de este combate en las paredes del extinto claustro hace pocos lustros.

La ciudad sufrió tres sitios durante las guerras carlistas, 1838, 1847 y 1874; por resistir los asaltos de los carlistas y permanecer leal al gobierno Isabelino, el rey Alfonso XII le concedió el título de "Heroica".

Este ferrocarril llegó a contar con una estación y un apeadero en el municipio.

Sin embargo, la línea fue languideciendo en sus últimos años ante la competencia del coche y en la década de 1970 acabaría siendo clausurada.

En una situación muy distinta de la actual, donde el aislamiento geográfico convertía las distancias en barreras, la Iglesia Católica, muy conservadora, creó en ciudades como Barcelona o Zaragoza las cajas de ahorros y centros educativos donde enseñar un oficio a los jóvenes sin recursos.

Estas obras serían destruidas durante la guerra por las tropas franquistas (Fuente:Confederación Nacional del Trabajo).

[8]​ En 1938, el día 3 de marzo a las 16:10 horas, cuando la ciudad estaba bajo mando republicano, sufrió un fuerte ataque aéreo del bando nacionalista.

Aviones italianos aliados del bando del general Franco, ensayaron sus armas aéreas, que más tarde utilizarían en la Segunda Guerra Mundial, tanto contra las tropas militares, como contra los ciudadanos de Alcañiz, provocando un cientos de muertos entre la población civil, que no pudo protegerse del ataque.

Salió a la luz recientemente con la publicación del libro 1938, El bombardeo olvidado de José María Maldonado.

La economía de la ciudad es bastante diversificada ya que también cuenta con una industria propia de la Segunda revolución industrial, centrada la actividad en polígonos industriales a las afueras, es el caso del polígono las Horcas y la Estación.

[12]​ También cabe resaltar Technopark[13]​ que es un espacio en Motorland dedicado a la investigación en el sector automovilístico.

Son también magníficos ejemplos del mundo artístico alcañizano del siglo XVII la iglesia de Santo Domingo —en la que se funden la tradición gótica con el nuevo lenguaje renacentista— y un buen número de edificios palaciegos.

Alcañiz —además de las obras mencionadas en el breve recorrido histórico anterior— conserva otras muchas construcciones interesantes.

En este grupo se incluirían el palacio Ardid y la casa situada en la calle Santa Pau 4 (actual sede de la biblioteca pública y el archivo municipal), la casa Maynar (sede de la Comarca del Bajo Aragón), la casa “Calandetas” (asociada a la Inquisición), etc.

El día 10 se celebra la procesión en honor del Santo Ángel Custodio, recorriendo las calles de la parte baja y antigua de la ciudad, para llegar a la calle La Cueva, donde la leyenda dice que se apareció el Ángel.

Compromiso de Caspe por Dióscoro Puebla (1867).
Viviendas en la localidad
Ayuntamiento de Alcañiz
Vista general con el castillo de los Calatravos como protagonista
Plaza de España de Alcañiz
Fachada principal de la iglesia de Santa María la Mayor
Ermita de San Pascual en una fotografía de Enrique Escuín (1918)
Monumento al tambor en la Estanca de Alcañiz.
Jugadores del Alcañiz Club de Fútbol en 2008