Juan Jiménez Cerdán

Tras haber sido nombrado Justicia por Juan I y servir durante los reinados de Martín I y Fernando I, acabó enfrentándose a Alfonso V por la pretensión de este de nombrar baile general a Álvaro Garavito, que constituía en desafuero debido a que en el año 1300 se había promulgado un fuero que disponía que los oficiales del reino de Aragón debieran ser naturales del reino y Garavito había nacido en Castilla, al igual que Alfonso V, y aunque el rey intentó orillar esta restricción con una orden real de 1417 en la que declaraba a Garavito aragonés, los cuatro brazos de las Cortes firmaron de derecho en contra del nombramiento, no admitiendo la maniobra real, y Cerdán prohibió a Garavito ejercer el cargo.

Garavito ignoró la resolución del Justicia y usó el título que le había concedido el rey.

Cerdán renegó de lo prometido y quiso permanecer en el cargo, ante lo que el rey promulgó una orden prohibiendo a Cerdán ejercer como Justicia y dejando el cargo vacante.

No contento con esto, también le denunció como sodomita al arzobispo de Zaragoza.

Cerdán recurrió a su propio tribunal y sus lugartenientes le dieron la razón.