Compromiso de Caspe

Este principio tuvo gran influencia en el desarrollo de la Monarquía Española.

A pesar de que el rey había conseguido legitimar como hijos suyos a varios bastardos, estos no eran aceptables según el derecho de herencia aplicable.

También coincidió la presencia de san Vicente Ferrer en la ciudad, que se encontraba advirtiendo del peligro que suponían los otomanos y la necesidad de contar con un papa indiscutible y un rey con toda legitimidad.

Ante este escenario, Martín el Humano contrajo un nuevo matrimonio con Margarita de Prades con la esperanza de concebir un hijo que asegurara la línea sucesoria, aunque este nunca llegó.

El Papa Luna tenía un especial interés en la sucesión al trono, pues, en el contexto del Cisma de Occidente, cabía la posibilidad de que los reinos españoles cambiasen sus obediencias.

[6]​ Desde entonces, las instituciones de la Corona comenzaron a desarrollar un proceso que sería dirigido por los distintos parlamentos de las respectivas Diputaciones del General o Generalidades que representaban a la sociedad, tal y como se concebía a comienzos del siglo XV, para conseguir restablecer la monarquía y mantener la unidad de la Corona de forma no traumática, evitando la posible guerra civil y fragmentación que podría originar la lucha entre las distintas facciones nobiliarias que apoyaban a sus correspondientes pretendientes.

Incapaces de alcanzar un acuerdo, acordaron que los representantes de Aragón se reunieran en Alcañiz, los catalanes en Tortosa y los valencianos en Trahiguera y se comunicaran entre sí mediante embajadores hasta alcanzar un acuerdo.

Esto provocó que Luis de Anjou, a quien el arzobispo apoyaba en sus pretensiones al trono, perdiera fuerza en su candidatura.

Este suceso amenazó con desatar una guerra civil y durante un mes la situación fue altamente inestable y originó la clausura de los parlamentos de los tres estados.

La Concordia de Alcañiz no prefiguraba que los grados correspondieran a los diferentes Estados de la Corona o a cualquier otra identificación, como por ejemplo con los estamentos o brazos que componían la sociedad del momento (nobleza, iglesia, ciudadanos).

El Reino de Valencia no había podido instituir un parlamento unificado, por lo que no llegó a tiempo para estar presente en las decisiones finales de la Concordia, a pesar de los esfuerzos aragoneses y catalanes para que pudieran unificar sus asambleas y enviar una representación unitaria a Alcañiz.

En el último momento, el candidato valenciano Rabada hubo de ser sustituido por Pedro Beltrán por razón de enfermedad, aunque esta sustitución no alteró la opinión dominante.

Beltrán se abstuvo en el momento de la votación alegando desconocer adecuadamente la cuestión por su tardía incorporación.

Así pues, si bien se ha repetido este relato hasta la actualidad, y aunque sin duda los jueces deliberarían y posiblemente tendrían diferencias, todos los acuerdos tomados en los procesos del Interregno entre la muerte de Martín y la decisión final, incluida la Concordia de Alcañiz, se habían efectuado mediante consenso, sin señalar discrepancias y aprobando las propuestas por unanimidad.

[21]​ Si bien los partidarios del conde de Urgel eran sobre todo catalanes, no es menos cierto que la plutocracia catalana deseaba el apoyo castellano para superar la crisis económica en que se encontraban y las amenazas que sufría el imperio mediterráneo de la Corona de Aragón.

Manuel Dualde Camarena interpretó que la elección por los compromisarios catalanes del candidato castellano se hizo en beneficio de la paz y la unión del Principado a la Corona de Aragón, así como la estabilidad que aseguraba esta elección respecto a la península ibérica.

Según Luis Suárez Fernández, el Compromiso de Caspe debe ser considerado como un paso esencial hacia la constitución de la Monarquía Hispánica y supuso un precedente clave para las decisiones y acciones que llevó a cabo Fernando El Católico.

Acta notarial original de la elección unánime de Fernando de Antequera como rey de Aragón por los nueve compromisarios de Caspe. 28 de junio de 1412. En ella puede leerse la proclamación: publicamus quod Parlamenta predicta et subditi ac vassalli Corone Aragonum fidelitatis debitum prestare debent et tenentur illustrissimo ac excellentissimo et potentissimo principi et domino: domino Ferdinando, infanti Castelle, et ipsum dominum Ferdinandum in eorum verum regem et dominum habere tenentur et debent , cuya traducción es: 'publicamos que los parlamentos nombrados y los súbditos y vasallos de la Corona de Aragón deben y están obligados a prestar fidelidad al ilustrísimo, excelentísimo y potentísimo príncipe y señor don Fernando, infante de Castilla, y que al mismo don Fernando deben y están obligados a tener y reconocer como su verdadero rey y señor'. [ 1 ]
Retrato imaginario de Fernando I de Aragón, de Manuel Aguirre y Monsalbe . Ca. 1851-1854. ( Diputación Provincial de Zaragoza ).
Árbol genealógico de los candidatos al trono (los aspirantes van en cursiva, los reyes de Aragón en negrita).
Salvador Viniegra , El Compromiso de Caspe , 1891. Círculo de Bellas Artes .
Dióscoro Puebla , Compromiso de Caspe . Medalla de 1.ª Clase en la Exposición Nacional de 1867, Congreso de los Diputados (España)
Representación actual de la proclamación de Fernando de Trastámara como rey de Aragón.
Andrés Parladé , El Compromiso de Caspe , 1890 ( Ayuntamiento de Sevilla ).