Joaquín Costa

A esta institución laica de enseñanza, inspirada en la filosofía del krausismo, se halla ligado entonces dirigiendo su Boletín (1880-1883), dando clases y participando eficazmente en el Congreso Pedagógico Nacional de 1882.

Más adelante, en 1887, será profesor y hará un Plan de una Historia del Derecho español en la antigüedad.

Ingresa igualmente en el Cuerpo Superior de Abogados del Estado.

Solicita excedencia como notario que le conceden y temporalmente traslada su residencia a Graus, ejerciendo la abogacía.

[24]​[25]​ Costa, que sueña aún con un partido de intelectuales, vira hacia la Unión Republicana.

[26]​ La Unión Nacional se desintegró por la tensión entre los intereses populares y los corporativos.

Costa percibió que el poder, tal como estaba configurado, no acometería nunca reformas regeneracionistas.

Joaquín Costa volvió a la villa de Graus en 1904, desilusionado y desencantado con la clase política española, incluido el proyecto republicano.

También desde allí se reafirma en su ideal republicano, matizado por el gran respeto que le inspira Pablo Iglesias.

[30]​ En cuanto al plano personal en su juventud intentó cortejar a Concepción Casas Soler, pero fue rechazado por esta.

[35]​ El historiador español Alberto Gil Novales ha visto con claridad la gran contradicción de Costa en este gran trabajo: denuncia desde dentro el mismo sistema político que pretende destruir.

(...) Debemos garantizar a Marruecos contra todo intento de anexión, protectorado o desmembramiento».

Todavía en los años siguientes estudiará temas jurídicos relevantes, como Derecho consuetudinario y economía popular en España (1902).

Su elección como diputado republicano viene en momentos en que ha perdido casi del todo la esperanza en regenerar España: ya nada le consuela y no desea ratificar con su presencia la corrupción política oficial.

Costa fue descrito por Manuel Azaña como «un conservador que quiso dejar de serlo sin poder».

[49]​ Según Tierno Galván esta tesis se vería apoyada por Dionisio Pérez en su obra El enigma de Joaquín Costa: ¿revolucionario?

[47]​ Su pensamiento fue atacado también por elementos afines al bando franquista, como José López Prudencio, que en una crítica a Costa hizo alusión al «glorioso 18 de julio en que el Cid rompió las cerraduras de su sepulcro»,[54]​[55]​ si bien otros como Roberto G. Bayod lo consideraron un precursor del Movimiento Nacional.

Destaca la correspondencia que intercambió con diferentes personajes influyentes de la época, casi 10 000 cartas enviadas o recibidas.

[73]​ El fondo se microfilmó entre 1989 y 1990, excepto los documentos no relevantes de Tomás Costa,[77]​ y años después, en 2009, se obtuvieron copias digitales a partir de los microfilmes.

Las imágenes digitales están accesibles a través del buscador DARA, Documentos y Archivos de Aragón.

Retrato póstumo de Joaquín Costa, obra de Victoriano Balasanz en 1913.
Escultura en Zaragoza de Joaquín Costa
Busto de Joaquín Costa en el Parque de Santa Margarita , La Coruña .
Mitin organizado por la Cámara Agraria del Altoaragón, presidido por Joaquín Costa, en el teatro de Barbastro (1893).
Caricatura de Joaquín Costa en el semanario satírico Gedeón (julio de 1903)
Un partido nuevo , caricatura publicada el 7 de marzo de 1900 en Gedeón , que hace referencia a la formación de la Unión Nacional y en la que aparecen representados Basilio Paraíso y Joaquín Costa.
Costa con Miguel Morayta , Manuel Bescós , el doctor Calzada, la familia de este y otros amigos, en mayo de 1908, Madrid.
Panteón de Joaquín Costa en el cementerio de Torrero de Zaragoza.
Recordando al clásico , en Gedeón , enero de 1909. Joaquín Costa junto a Melquíades Álvarez y Segismundo Moret .
Escultura en relieve de Joaquín Costa en el Grupo Escolar Gascón y Marín de Zaragoza.
Retrato de Costa, obra de José Villegas Cordero , 1913.
Inscripción de su lápida en Torrero de Zaragoza: Nuevo Moisés de una España en éxodo. Con la vara de su verbo inflamado alumbró la fuente de las aguas vivas en el desierto estéril. Concibió leyes para conducir su pueblo a la tierra prometida. No legisló .
Monumento a Costa en su Monzón natal