La lengua natural es el catalán de Aragón, en su variedad local denominada maellano.
[4] Según la leyenda, el Señor del Castillo pidió la mano de una doncella, pero ella se la negó al estar prometida con otro.
Como represalia, el Señor encarceló y torturó al prometido de la joven.
Dicho señorío pasó después a Manuel de Ariño, hijo del anterior, y fue entonces cuando, por los malos tratos recibidos, los maellanos se rebelaron y asediaron el castillo donde residía la esposa del tirano, Francisquina de Santa Pau.
[8] En 1920 Maella alcanzó su techo demográfico —3729 habitantes— y desde entonces su población ha ido decreciendo continuamente.
En su cara Norte aún conserva sólidas murallas, con cinco cubos semicilíndricos pegados a las mismas.
La de Santa María, levantada en el siglo XIV, fue cedida en 1610 a la orden franciscana.
A las afueras del pueblo, en ruta hacia Fabara, se encuentra el monasterio trapense de Santa Susana, actualmente en ruinas.