Se aprobó la nueva Constitución de 1876 y durante ese mismo año finalizó la guerra carlista, dirigida por el pretendiente Carlos VII (el propio monarca acudió al campo de batalla para presenciar su final).
Alfonso XII realizó en el año 1883 una visita oficial a Bélgica, Austria, Alemania y Francia.
Este hecho dio lugar a un serio incidente diplomático entre España y Francia.
[48][49] Por las cartas que escribió a su hermana Paz se conocen las duras condiciones de su estancia allí.
En una fechada el 20 de enero le decía que le escribía «desde una barraca en que hemos pasado noches de estar el termómetro bajo cero, y algo molido el cuerpo de andar quince días por estas tierras en que no existen caminos, a pie y a caballo… Casi siempre me ha nevado, y me ha hecho un tiempo infernal, y con eso hemos hecho jornadas de doce horas a caballo en plena sierra, a veces sin ver una casa, y luego, para descansar, un temblor de tierra o, como aquí una barraca…».
El calendario de los viajes interiores del rey fue, pese a su mala salud, muy intenso.
Alfonso XII padecía tuberculosis ―«con foco de infección en su infancia, con manifestaciones efímeras y en estado latente hasta su juventud», que no se manifestaría claramente hasta finales de 1883―[52] y se encontraba cada vez más débil.
El rey le dijo: «Pensaba que era físicamente muy fuerte… He quemado la vela por los dos extremos.
Estaban junto a él la reina María Cristina, su madre, Isabel II, que había viajado desde París nada más conocer la gravedad de la enfermedad de su hijo, y sus hermanas Isabel y Eulalia.
El féretro fue trasladado al Palacio Real donde se instaló la capilla ardiente que fue visitada por miles de personas.
Su capacidad para tratar con los hombres era considerable, y nunca se permitió convertirse en instrumento de ningún partido en particular.
Durante su breve reinado, se estableció la paz tanto en el interior como en el extranjero, las finanzas estaban bien reguladas y los diversos servicios administrativos se colocaron sobre una base que luego permitió a España atravesar la desastrosa guerra contra los Estados Unidos de 1898 sin la amenaza de una revolución.
[62] Alfonso XII tiene dedicado un monumento en el parque del Retiro de Madrid, junto al estanque grande.
Los médicos le diagnosticaron «fiebre tóxica esencial» para no utilizar la palabra «tifus».
Hoy lloramos su muerte» ―su matrimonio sólo había durado cinco meses y tres días―.
[65] Miles de personas pasaron por capilla ardiente instalada en el Palacio de Oriente y pronto se hizo popular una copla que cantaban las niñas cuando jugaban al corro:[66] El rey Alfonso XII quedó conmocionado por la muerte de su esposa, con la que se había casado por amor, y no por razones políticas o dinásticas, como le confesó al embajador francés: «Me casé con la mujer que quería, no sin vencer considerables resistencias» ―entre otras, la de su madre que se negó a dar su consentimiento y no asistió a la boda―.
«Don Alfonso aceptó resignado su obligación: le dijo a Cánovas que eligiera él».
La reina madre Isabel II, exiliada en París, sentía un gran afecto por Elena Sanz y la llamaba «mi nuera ante Dios».
[77][78] La tramitación y organización de las bodas reales corrió a cargo del nuevo gobierno presidido por el general Martínez Campos.
Pasó por París, donde fue recibida por la ex reina Isabel II en su Palacio de Castilla ―esta vez el enlace contaba con su aprobación, a diferencia del anterior―, y cuando finalmente llegó a Madrid se alojó en el Palacio de El Pardo donde residiría hasta el 29 de noviembre, día en que se celebró la boda en la basílica de Atocha y a la que asistió la ex reina Isabel II, desplazada expresamente desde París.
Este tenía una nueva amante, la cantante Adela Borghi, pero a diferencia de la relativa discreción con que llevaba su relación con la también cantante de ópera Elena Sanz, se exhibía con ella en público paseando en coche por el Retiro.
Le doy de plazo una semana para que Adela Borghi abandone España».
Cánovas cumplió inmediatamente el encargo y veinticuatro horas después Adela Borghi ya había sido conducida a la frontera francesa.
Los actores que encarnaron a la pareja real en el estreno fueron Jorge Vico y Luchy Soto.
[90] G (Planeta, 2015) de Daniel Sánchez Pardo recrea la llegada del príncipe Alfonso a España en 1874 para ser coronado rey.