También se usó en los territorios españoles de ultramar Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
El mecanismo del «garrote», en su forma más evolucionada, consistía en un collar de hierro atravesado por un tornillo acabado en una bola.
Jarabo tenía un cuello poderoso y su verdugo, Antonio López Sierra, era bastante débil físicamente.
La variante catalana incluía un punzón de hierro que penetraba por la parte posterior y destruía las vértebras cervicales.
El ahorcamiento se consideraba excesivamente cruel, ya que el lapso hasta la muerte era mucho más largo.
[4] En 1977, José Luis Cerveto Goig, «el asesino de Pedralbes», fue condenado a garrote por un doble asesinato, aunque finalmente fue indultado.
La última mujer ejecutada en España fue Pilar Prades Expósito, en la cárcel de Valencia en 1959.
Durante el período histórico conocido como «transición española» fue abolida definitivamente la pena de muerte.
Al ser la Constitución la norma jurídica suprema, la legislación española aún podría formular o modificar las leyes en tal sentido.