Batalla de Alcañiz

En los primeros días de 1808 las fuerzas del emperador Napoleón Bonaparte invaden España.

Blake toma posiciones en las alturas al noroeste de Alcañiz desplegando su fuerza organizada en brigadas.

En el cerro de las Horcas bloqueando la entrada a Alcañiz desde Zaragoza, como posición central donde el capitán general don Joaquín Blake establece su cuartel general, sitúa al marqués de Lazán con otros 2000 hombres y al brigadier don Martín García-Loygorri e Ichaso con seis cañones.

El mariscal Suchet a sus 39 años es veterano de las guerras revolucionarias y de formación del Imperio napoleónico con amplia experiencia en combates contra británicos, españoles, austriacos, rusos y prusianos.

El combate empieza con un duelo artillero entre la artillería francesa situada en la falda del cerro Portes contra el solitario cañón situado en lo alto del cerro Pueyos, pero la falta de efectividad contra la brigada española dada la diferencia de altura lo hizo durar poco tiempo.

Los cirujanos hacen su trabajo en los hospitales de campaña auxiliados por los acompañantes civiles del ejército, en su mayoría mujeres vinculadas a los soldados con funciones de aguadoras y enfermeras, que traían y atendían a los heridos.

Al amanecer del día 24 de mayo las fuerzas españolas descubrieron que los franceses se habían retirado.

En tal situación el teniente general don Joaquín Blake mantuvo sus posiciones mientras Suchet se retiraba ordenadamente.

Vista general de la población de Alcañiz y su castillo calatravo del siglo XIV , testigos de la batalla
Vista desde el castillo de Alcañiz sobre el río Guadalope, que separaba a la ciudad del campo de batalla .