Esta acción marcó el final del avance del ejército británico hacia el interior de España, y fue seguido por la retirada de sus fuerzas hacia la costa y posterior evacuación.
El general John Slade se retrasó en la salida del 10.º Regimiento, lo que permitió a la caballería francesa conocer las intenciones de los ingleses y salir por el este sin ser molestados.
Sorprendentemente, la caballería francesa recibió la carga inglesa quieta y con descargas de carabina.
El 15.º Regimiento inglés inició la carga a 400 metros de las líneas francesas.
En 2008 se conmemoró el segundo centenario de dicha batalla mediante una recreación simbólica hecha por figurantes.