Los ejércitos combinados de Suchet, Soult y José pronto supusieron una seria amenaza al reciente dominio sobre Madrid alcanzado Wellington.
Las esperanzas del general británico se desvanecieron cuando sus intentos de contener dos sucesivas contraofensivas francesas fallaron.
Al principio, los dragones franceses desbandaron a la caballería portuguesa del Brigadier General Benjamin d'Urban.
Wellington sabía que si José y Soult unían sus fuerzas, su posición en España central se vería comprometida.
Esperaba además que las tropas españolas pudieran retrasar cualquier contraataque francés hacia Madrid.
También creía que la captura de Burgos retrasaría cualquier incursión francesa desde del norte.
[8] Para sorpresa de Wellington, Clausel reagrupó rápidamente su ejército y se lanzó a una incursión por el norte.
Ante este avance, Clinton se retiró hacia Arévalo con 7000 soldados mientras que José María Santocildes con las tropas españolas abandona Valladolid.
Clausel envió a su lugarteniente Maximilien Sébastien Foy para rescatar las tropas francesas atrapadas.
[12] Las defensas interiores de Burgos contenían un baluarte conocido como la batería Napoleón.
[13] Los historiadores difieren en cuántos cañones pesados tenía disponibles el ejército de Wellington.
Michael Glover escribió que el británico tenía solo tres cañones de 18 libras con 1306 cargas.
[14] Por aquel tiempo, el cuerpo de zapadores también llamado Artificieros Militares, estaba seriamente reducido.
La brigada portuguesa del general Denis Pack perdió a 100 soldados más.
[18] Los ingenieros entonces empezaron excavar una mina de 18 metros para conseguir llegar por debajo del muro oeste.
La noche siguiente los británicos restablecieron la batería solo para verla destruirse otra vez por la mañana.
[20] El ataque subsiguiente consiguió asegurar una posición en las defensas exteriores después de una lucha muy intensa y 220 bajas.
Apenas Wellington hubo reiniciado las operaciones de asedio, Dubreton golpeó otra vez.
El Dios que me envía esto quizás podría darme algo más de tiempo.
Los ingenieros intentaron derribar las defensas en el cerro capturado, pero sus cargas fallaron al explotar.
[23] Para finales de septiembre, Soult estaba en contacto con Suchet y José.
En Burgos tenía 24 000 soldados del ejército anglo-portugués y el de Santocildes 11 000 españoles.
Todas las esperanzas estaban sobre los más de 8000 anglo-sicilianos bajo el Lugarteniente Thomas Maitland en Alicante en la costa del este.
Para empeorar las cosas, el Tajo no era un obstáculo militar serio debido al escaso caudal que transportaba aquel año.
Ansioso de destruir a los británicos, José los persiguió sin dejar siquiera una guarnición en Madrid.
Para decepción de muchos generales y soldados franceses, Soult declinó atacar.
[31] Todo parecía que los esfuerzos de Wellington durante 1812 habían sido en vano.