Mientras tanto, Victor traslada a sus hombres hacia Talavera, donde el rey José Bonaparte, al mando de la mayor parte del ejército de Madrid se dirige en su auxilio y a quienes se une también el general Sebastiani que observaba los movimientos del español Venegas por La Mancha.
Rehechas las líneas, los británicos contraatacan de nuevo el cerro, reconquistándolo a los franceses.
Visto el escaso éxito del ataque, José Bonaparte se reúne con Victor, Sebastiani y Jourdan para decidir si retirarse o continuar.
Mientras tanto, Wellesley aprovecha este descanso para reforzar sus posiciones y pedir al general Cuesta cuatro piezas de artillería de mayor calibre que las suyas para sustituir algunas pérdidas en la anterior refriega.
Hacia mediodía Jourdan ordenó bombardear el cerro con los cañones que se encontraban en la cercana colina del Cascajal, pero el pequeño calibre de éstos logró hacer poco daño en las filas británicas.
Es entonces cuando se ordena el ataque simultáneo de la infantería francesa contra las posiciones defendidas por los británicos.