En total se calcula que medio millar de hombres no pudieron volver a sus casas aquella jornada.[3] Sin embargo, Maupetit no podía asaltar la ciudad sin el apoyo de la infantería y se vio obligado a pedir refuerzos al general Pierre Belon Lapisse, cuya división estaba cerca.Se produjo una pelea de cuatro horas, particularmente en los suburbios, que fueron tomados por la 16.º Ligera.Hoy en día aún es visible la reconstrucción que se hizo posteriormente en ese lienzo de la muralla.Los defensores abandonaron entonces la ciudad sin luchar y se retiraron a la orilla izquierda del Duero.[6] Las fuerzas imperiales se apoderaron, entre otros botines, de 8 cañones y 2500 rifles almacenados en la ciudadela.El día 14 tuvo lugar una ceremonia presidida por el Obispo de Zamora en la que los habitantes reconocieron oficialmente la autoridad del Rey José Bonaparte.Por otro lado, las parroquias y conventos tuvieron que vender hasta su último cáliz o cruz para hacer frente a las imposiciones de los invasores.