Batalla de Almonacid
La 1.ª División, para poder hacer frente a los alemanes, tuvo que retroceder algún tanto y colocarse oblicuamente a la retaguardia, resintiéndose algún tiempo; como entonces retrocedían ya a su vez el centro y la derecha, acometidos por las restantes fuerzas enemigas, apoyadas por la reserva, que con Dessolles y José Bonaparte acababan de llegar al campo de batalla, se vio obligada también a acogerse al cerro del Castillo.La batería española se sostuvo con gran energía; se distinguieron por su serenidad y denuedo los regimientos de Jerez, Córdoba y Guardias Españolas, guiado el segundo por su coronel, el brigadier Francisco Carvajal.La caballería de su derecha no llevó adelante la carga iniciada para contener a los franceses y estos consiguieron llevar a cabo su ataque, y como la 5.ª División cedió del mismo modo el campo, no tardó mucho el enemigo en ocupar también el pueblo y el cerro del Castillo, no pudiendo las tropas españolas resistir en él la terrible lluvia de proyectiles que de todas partes les dirigía la artillería francesa.Intervino con mucha oportunidad en la contienda la división Vigodet, que ejecutó con gran presteza y habilidad un cambio de frente, protegida por el vivo fuego de los cañones, conteniendo así la persecución de las desbandadas tropas del centro y pasando luego con el mismo orden a la izquierda, donde las divisiones polaca y alemana amenazaban envolver por completo la línea y cortar la retirada.Los imperiales, que habían tenido ya dos mil quinientas bajas, no llevaron la persecución más allá de Mora, y el ejército vencido pudo tomar la carretera de Andalucía y llegar en buen orden a Manzanares; pero corriendo allí la voz infundada de que los contrarios estaban en Valdepeñas, se desbandaron muchos cuerpos, que no pararon hasta alcanzar Sierra Morena.