Se eleva sobre un monte que puede verse desde decenas de kilómetros, desde donde se observa un antiguo camino a La Mancha desde su situación estratégica.
En 1839 el ayuntamiento del municipio, ante las necesidades económicas que existían, permitió a los vecinos sacar ladrillos de la fortaleza para ponerlos a la venta, lo cual supuso un gran deterioro de la estructura.
[2] Los muros del castillo de Almonacid son elevados y almenados, protegidos por una barrera exterior y un camino de ronda.
Existen restos de dos aljibes, un silo y algunas habitaciones.
En el siglo XVI el arquitecto Don Pedro Gumiel escribió: