Del 3 al 11 de junio de 1813 la armada del Reino Unido intentó recuperar la ciudad, fracasando en el intento.
[1] Tarragona permanecería en poder francés, hasta la retirada del general Louis Gabriel Suchet el 13 de agosto de 1813.
Como ha señalado Josep Fontana, «la ciudad fue víctima de la brutalidad de los conquistadores, que se vengarían de la resistencia con asesinatos —se calcula que más de cinco mil personas fueron sacrificadas—, violaciones, robos y destrucciones.
Desde la toma de los franceses hasta su evacuación no quedaron en la ciudad más que cuatrocientas personas, en su mayor parte viejos, disminuidos físicos y niños».
[2] Fontana aporta el testimonio de un fraile anónimo testigo de los hechos: El propio Suchet reconoció los hechos en el comunicado que envió al ministro imperial de la Guerra en París:[2]