Al quedar desguarnecida la ciudad llega el ejército de Extremadura, compuesto por 18.000 hombres, distribuidos en tres divisiones, al mando del joven conde de Belveder, nombrado por la Junta Central para reemplazar a José Galluzo.
Fiado Belveder en algunas favorables y leves escaramuzas, recomienda descanso a los oficiales de la 2ª división, considerando suficiente la 1ª para rechazar a los franceses, en caso de que atacaran.
El resto del ejército español acude y es derrotado, entrando mezclados los vencedores con los vencidos en la ciudad de Burgos.
Si las pérdidas españolas fueron considerables, la dispersión y el desorden fueron las características más importantes.
Napoleón parte hacia Madrid, dejando a su hermano José en la ciudad.