Los intentos que se hicieron por variar el frente hacia el sur fueron inútiles.
Dando la batalla por pérdida y viendo peligrar la ruta de retirada hacia Tarragona, los españoles se dieron a la fuga por Corbera de Llobregat, el único camino posible.
Los franceses capturaron 1200 prisioneros entre ellos el general Conde de Caldagués, los coroneles Silva, Desvalls y Donavan.
Esta derrota junto con la que acababa de suceder en Cardedeu produjo fuertes disturbios en Lérida y Tarragona.
El general Réding lo sustituyó e inició la reorganización de las fuerzas en Tarragona.