En el sureste de la provincia se extiende la llanura manchega.
A la derecha del Tajo la pendiente viene a ser del 2/1000, con amplios campos, suaves ondulaciones, por donde descienden ríos y arroyos de anchas vegas, en contraposición con la margen izquierda, en la que el terreno se eleva de manera rápida, abrupta, pareciendo que va a extenderse hacia el sur una gran zona montañosa, con ásperas torrenteras, quebradas y hondas gargantas, cuya pendiente viene a alcanzar el 60/1000.
En la zona de la Mancha Alta Toledana encontramos grandes extensiones llanas con una altitud media alrededor de 700 m con suaves ondulaciones y pequeñas elevaciones como la sierra del Romeral (Villacañas, El Romeral) o la sierra del Gollizno (825 m) (Corral de Almaguer).
Es frecuente observar que la acción erosiva haya hecho desaparecer por desgaste las pizarras arcillosas, dejando enhiestas las cuarcitas, constituyendo montañas con gran resistencia a la erosión.
En los lugares donde afloran los granitos no son raras las Piedras Caballeras.
Entre los ríos tributarios del Tajo, que atraviesa la provincia de este a oeste, figuran Alberche, Tiétar, Guadarrama y Algodor.
[6] Sigue el Tajo su curso en la misma dirección hasta llegar a la capital provincial; allí describe un meandro, en cuyos extremos se hallan los puentes de Alcántara y San Martín, y encerrado por escarpados verticales de gran elevación, corre al oeste por el pie de un lomo de rocas, en que están situados los famosos Cigarrales, hasta recibir por la orilla derecha las aguas del Guadarrama.
[6] Desde la desembocadura del Guadarrama prosigue su curso el tajo y va recibiendo por su izquierda las aguas del Guajaraz; el Cuevas, que baja de los cerros de San Pablo por Menasalbas y Gálvez; el Torcón, que desciende del pico de la Galinda; el Cedena paralelo al Torcón, el Pusa paralelo a estos dos se esparce por un valle poco más extenso, desaguando junto a La Pueblanueva; y por fin, el río Sangrera, que, abriéndose paso entre dos estribos poco accidentados y por un terreno generalmente llano, baja a San Bartolomé de las Abiertas y al despoblado de este nombre, en cuyo término da sus escasas aguas al Tajo.
En este trayecto no recibe por la orilla derecha más que arroyos insignificantes, junto a Albarreal, La Puebla, El Carpio y Mesegar, hasta que entran en él las aguas del Alberche.
Esta provincia se caracteriza por la sequedad de la atmósfera durante dos tercios del año, registrándose la mayor humedad relativa entre los meses de noviembre a febrero, siendo máxima en las regiones montañosas y mínima en La Mancha.
Esta humedad invernal da lugar a densas nieblas en el Valle del Tajo durante los periodos de estabilidad atmosférica.
En algunas localidades, estas manifestaciones del folclore popular ya están perdidas y en otras se realizan con instrumentos de cuerda o por bandas de música, aunque aún se conserva la dulzaina y el tamboril en ciertos municipios.