Es sede episcopal y constituye un importante centro agrícola, comercial e industrial.
El municipio lo constituyen Jesús, Bítem, els Reguers, Campredó y Vinallop.
Durante el periodo omeya tuvo un papel muy destacado, tanto por ser el principal asentamiento musulmán del bajo Ebro como por contar con un importante puerto y estar bien comunicada tanto con las localidades del Ebro como con las del Levante, merced a la Vía Augusta.
Esta última etapa se conmemora desde 1996 con unas jornadas de recreaciones históricas, la Fiesta del Renacimiento.
Durante el siglo XIX Tortosa se configuró como un importante núcleo carlista, aunque bajo dominio de las tropas liberales.
El resurgimiento iniciado durante las primeras décadas del siglo XX se truncó a causa de la guerra civil española, cuando la ciudad quedó prácticamente destruida por los bombardeos franquistas (1937-1939).
La economía del municipio se basa en la actividad comercial y de servicios en la ciudad, a la vez que se artícula un sector industrial localizado en el polígono industrial Bajo Ebro, el polígono industrial Cataluña Sur (llamado a ser el motor económico comarcal) y el polígono de la Estación junto al de la Ravaleta de Roquetes.
[10] No todo es visitable, pero ya es posible conocer espacios antiguamente cerrados como los viejos baños árabes (redescubiertos en 2005 en el barrio de San Jaime) así como los baños nuevos, reconvertidos en cafeterías y/o establecimientos comerciales.
No obstante el casco antiguo está sometido a un profundo y largo proceso de recuperación integral.
Los romanos levantaron las primeras estructuras amuralladas pero fueron los musulmanes, bajo el mandato del califa Abderramán III, quienes dieron forma a esta fabulosa construcción que toma modernamente el nombre de la Zuda, un pozo de gran diámetro y profundidad.
De entonces el ahora Parador de Turismo aún conserva tres soberbias chimeneas y cuatro grandes ventanales característicos del mejor gótico catalán.
Las construcciones medievales han permanecido muy enmascaradas por las obras realizadas durante los siglos XVII y XVIII, al fortificar los dos cerros adyacentes para formar un dispositivo de defensa.
De este se extrajo, en 1972, un epitafio (siglo X) con referencias a un gobernador, conservado en el propio Parador.
Bajo el claustro se conserva un gran refugio antiaéreo construido en 1937.
El patio constituye el núcleo principal de la construcción y desde este, una amplia escala voladiza permite el acceso al primer piso donde se conservan dos galerías, formadas por arcos de ojiva sobre esbeltas columnas de fuste cuadrilobulado y capiteles con decoración vegetal.
En este mismo primer piso encontramos la capilla del palacio, el elemento más destacable del conjunto, a la cual se accede a través de una espaciosa sala gótica.
El convento de clausura sufrió daños muy graves durante la guerra civil española.
Los fustes estaban muy maltrechos y la mayoría fueron sustituidos en la restauración que se llevó a cabo en 1997-1998.
Del antiguo recinto únicamente se conserva el porche del trigo (siglo XIV) que en 1933 fue trasladado desde su ubicación original al parque municipal Teodoro González, donde permanece.
Fue obra del arquitecto trecentista Arnau Marco, activo también en la catedral y las murallas de la ciudad.
Entre otros se pueden encontrar: A finales del siglo XIX la ciudad crece.
En el año 1848 se construye un modesto paseo con dos filas de moreras.
El lugar se conocerá como Paseo del Temple dada su ubicación al lado de los desaparecidos Portal del Temple y Baluarte de San Pedro.
Fue levantado frente el palacio episcopal y sobre la pilastra del antiguo puente (privado) de la Cinta, construido en 1895 y volado en 1938 durante la retirada del Ejército de la República.
La parte posterior del monumento tiene una cruz metálica de doce metros, en recuerdo a los muertos en la batalla.
Desde 1968 Tortosa se ha hermanado con cinco localidades, una española y cuatro extranjeras: