[3] Coadyuva al correcto funcionamiento del aparato digestivo por el aporte de fibra alimentaria.
[3] Como alimento, la fruta realiza aportes a la dieta que son de suma importancia para la salud humana.
[3] Existen frutas como la sandía o el melón que contienen un alto índice de agua.
En efecto, la etimología del término verdura hace alusión a la forma de consumirlas cuando están verdes (no maduras).
[5][6] Por ejemplo, la manzana es una fruta climatérica que evidencia un pico en la producción de etileno y en la tasa respiratoria durante su maduración.
Sin embargo, su tasa respiratoria media-baja le asegura una vida en postcosecha más prolongada que la de algunos frutos no climatéricos, como las fresas, las zarzamoras o las frambuesas que poseen tasas respiratorias más elevadas.
Por su alto contenido en vitaminas y sales minerales pertenece al grupo de alimentos reguladores.
Por lo tanto: La fruta no puede ser substituida por otros postres más modernos sin desequilibrar nuestra alimentación.
Un almacenamiento prolongado no es adecuado; tampoco sería posible para algunos tipos de fruta, como las cerezas o las fresas.
Muchas especies de fruta no pueden ser conservadas frescas, porque tienden a descomponerse rápidamente.
La fruta que se almacena debe estar sana, no deteriorada y exenta de humedad exterior.
Tampoco deben guardarse las manzanas junto con las zanahorias porque hacen que estas últimas se pongan amargas.
Existen otros compuestos que pueden ser laxantes, como el sorbitol o compuestos fenólicos; la fruta recomendada para este efecto son las ciruelas pasas (frescas o en zumo), tienen alto contenido de sorbitol (dosis laxante hombres 0,4 g/kg, mujeres 1 g/kg).
[13] La fruta es una fuente importante de vitamina C y otros antioxidantes, como carotenoides, polifenoles y flavonoides; en un meta análisis se estimó una reducción significativa del riesgo del 28 %/100 g diarios de fruta consumida .