En joyería, los metales preciosos suelen ser el oro (Au), la plata (Ag), el platino (Pt), el rodio (Rh) y el paladio (Pd).
Es precisamente por esta poca tendencia a reaccionar por lo que se usan, desde muy antiguo, en joyería.
A veces, los metales nobles no presentan todas las cualidades mecánicas que serían deseables para su uso en orfebrería, joyería o bisutería, por eso se usan aleaciones.
El platino, metal precioso de color blanco/gris, brillante, y muy poco utilizado hoy día en joyería debido a su alto precio y la poca cantidad de joyeros especializados que lo sepan trabajar.
Con paladio se endurece, relativamente, y con iridio queda en un término medio.
Debido a ese espesor tan reducido, los rayones en esta capa suelen ser muy frecuentes.
En joyería además de los metales anteriormente citados se usan también, para la elaboración de distintas aleaciones, el titanio (Ti), aluminio (Al), cobalto (Co), níquel (Ni), zinc (Zn), rutenio (Ru), cadmio (Cd), estaño (Sn), mercurio (Hg), plomo (Pb), iridio (Ir), cobre (Cu), etc. Un metal inicialmente precioso que se volvió común es el aluminio.
En 1884, la piedra angular piramidal del Monumento a Washington se fundió con 100 onzas de aluminio puro.